Plática de Lama Zopa Rimpoche en el Reclusorio Varonil Sur de la Ciudad de México.
En abril de 2008 Lama Zopa Rimpoche otorgó una plática a los internos del Reclusorio Varonil Sur de la Ciudad de México.
Estoy muy feliz de estar en la ciudad de México y poder conocer a todos mis hermanos de aquí. Todos ustedes son mis hermanos. Vamos a compartir nuestro entendimiento para ayudarnos entre nosotros. Primero que nada, quiero decir que estoy muy contento de conocerlos. Mi principal consejo es la importancia de no pensar que el estar aquí es negativo. Debemos ver esta situación como algo positivo, no debemos ponerle una etiqueta de “negativo” pues esto perturba nuestra mente; debemos ponerle una etiqueta de “positivo”, pensar que este lugar es maravilloso. En nuestra vida, el pensar negativamente no nos ayuda; en cualquier cosa que hagamos, si ponemos una etiqueta de “negativo”, nos parecerá que es negativo y entonces lo veremos como algo negativo, por lo que terminaremos enojados, deprimidos, etcétera ¿ven lo que quiero decir?
Pero ¿qué pasa si ponemos una etiqueta de “positivo”? entonces nos parecerá que es positivo y lo veremos como algo positivo. Y si vemos las cosas de manera positiva estamos más sensibles hacia las cosas positivas, tendremos más contacto con cuestiones positivas, lo cual nos llevará a tener sentimientos positivos y a ser felices.
Así que deben entender esto: la felicidad y el sufrimiento vienen de la mente. Las situaciones externas no son la causa principal. Por lo tanto, ¿cómo podemos tener una vida siempre feliz? ¿cómo podemos hacer que nuestra mente siempre esté feliz? Lo logramos pensando de manera diferente, pensando siempre positivamente, por tanto tiempo como nos sea posible.
Entonces ¿qué tiene de positivo estar aquí? Este lugar es muy importante, pues aquí podemos descubrir los errores que hemos cometido en el pasado, y a partir de ahí podemos cambiar, podemos desarrollar nuestra sabiduría y nuestra compasión hacia los demás. Aquí es donde podemos convertirnos en mejores personas, en personas de ayuda, que son de beneficio no nada más para sí mismos, sino también para los demás; podemos ser de beneficio para nuestras familias, para la sociedad, para el país y para el mundo. Podemos aportar paz y felicidad para el mundo. Éste es un gran lugar para desarrollar nuestra mente.
Es decir, éste es un muy buen lugar para en verdad percibir la realidad de la vida. Por lo general, nuestra vida está llena de distracciones, hay tantas que muchas veces nos es difícil ver nuestra verdadera naturaleza, ver la realidad, la verdad de la vida; pero aquí podemos ver la realidad de nuestras vidas. Éste es un gran lugar para aprender, para desarrollar nuestro entendimiento, nuestra sabiduría y nuestra compasión.
Quisiera contarles algo. Yo tengo muchos gurús, como 25, los cuales me dan iniciaciones, enseñanzas, votos, etcétera. Son muchos maestros espirituales extremadamente calificados, con muchísima experiencia, entre ellos Su Santidad el Dalai Lama –el Buda de la compasión–, y muchos de sus tutores también han sido mis gurús. Tengo un gurú que obtuvo gran entendimiento a través de la meditación; es una persona muy inspiradora, él tuvo el logro de la devoción al gurú; alcanzó una paz y felicidad increíbles, un desapego completo de todo lo que implica samsara (o existencia cíclica), de esta vida y de la futura, y de todo el sufrimiento en él. Dejó ir todo su ser: nada de ego, nada de yo, ningún tipo de pensamiento egoísta. Su único pensamiento es cómo apreciar a los demás, no sólo a sus amigos, sino a la gente que conocía. Por “los demás” se refiere a innumerables seres humanos, animales, insectos, seres infernales, espíritus hambrientos, asuras, todos los innumerables seres que sufrían, seres cuyas mentes estaban oscurecidas. Él generalmente enseñaba que siempre y en todo lugar hay que apreciar a los demás y procurar su felicidad. Pero, además, su buen corazón no sólo buscaba felicidad para los demás de forma temporal, no desea una felicidad de dos días, incluso de esta vida. Él busca la felicidad de los demás en todas las vidas futuras de estos seres. Y la felicidad última es la felicidad siempre duradera, el cese completo de no más muerte, no más renacimiento, no más vejez, no más enfermedad; el cese total del sufrimiento y las causas de la ignorancia común, de la falsa conceptualización, de las acciones motivadas por la ignorancia, lo cual causa el sufrimiento de los seres. Y esto es la mente impura de pensamientos negativos, y la causa de los pensamientos negativos, las impresiones mentales negativas.
La felicidad ulterior es el cese total del sufrimiento y sus causas… la mayor de las felicidades, la gran liberación, la iluminación completa es el cese de la mente dual sutil, que proyecta alucinaciones, impresiones mentales negativas muy sutiles. Y entonces, se tiene una mente completamente desarrollada, sumamente elevada y libre de sufrimiento. A partir de ahí se tiene completo conocimiento, ya no hay nada más que desarrollar, pues se obtiene la compasión absoluta. De tal forma se tiene el poder perfecto para ayudar a innumerables seres sin error alguno, y surgen innumerables manifestaciones de cuerpo, palabra y mente sagradas. Así es como podrás guiar a los seres desde la felicidad en esta vida hasta la gran liberación, o completa iluminación, el grado más elevado de felicidad. Por lo tanto, es bueno saber que la felicidad no es sólo en esta vida; hay tantos niveles diferentes, pero la felicidad más allá de esta vida –la iluminación– es la mayor de las felicidades, la compleción de todas las cualidades de entendimiento y cese de todos los errores de la mente, que conllevan sufrimiento.
Les voy a contar una historia. Mi Guru viajaba desde Dharamsala, en las montañas. Otro gurú le pidió que fuera a Talahasi, un pueblo cercano a Dharamsala. Entonces él bajó a la ciudad; llegó de noche, y fue a un restaurante tibetano que se encontraba en un edificio alto. Entonces, a media noche aparecieron varios indios en el camino; peleaban entre ellos y molestaban a la gente porque algunos estaban aventando agua desde las ventanas del edificio a la gente de la calle. Mi gurú sólo estaba mirando, él no estaba haciendo nada, sólo pasaba por ahí, pero la policía lo llevó a prisión, aunque no estuviera implicado en la pelea. Dentro de la prisión, se puso a meditar, y, después de un tiempo, la policía le dijo que se podía ir, pues en realidad no tenían de qué culparlo. Pero entonces él preguntó: “¿Podría quedarme en prisión?” Claro que no tenía ningún cargo… Me gusta compartir esta historia porque para él, la prisión era un lugar maravilloso: ahí podía ayudar a la gente, podía hacer plegarias para los demás y ayudarlos, con lo cual se genera increíble beneficio.
Las enseñanzas dirían que ustedes están experimentando cierto karma en este tiempo, el karma que tienen de estar en prisión. Pero podríamos decir que todos hemos estado en prisión durante muchas veces en nuestras vidas pasadas, pues no estamos libres de la ignorancia, y por lo tanto, cometemos acciones no virtuosas. Por lo tanto, somos iguales, somos de la misma familia. Por ello digo que éste es un gran lugar para en verdad poder ver la verdad de nosotros mismos y cambiar, convertirnos en mejores seres humanos, dejar de ser dañinos y empezar a ser benéficos para nosotros mismos, nuestras familias, nuestro país, el mundo entero. El propósito de la vida es que, si no puedes beneficiar a los demás, al menos no los dañes. O, siquiera, dejarnos de dañar a nosotros mismos y ser de beneficio para uno mismo al tener paz y felicidad internas, al menos eso.
Su Santidad el Dalai Lama frecuentemente dice en sus enseñanzas que, por ejemplo, el tigre tiene largos colmillos y garras porque su cuerpo está hecho para dañar a los demás; sólo pueden comer si matan a los demás, pero el ser humano no necesita eso, podemos obtener tantas cosas sin necesidad de hacer eso. Así pues, nuestro cuerpo humano está hecho para la paz; nuestras manos, todo es para la paz y la felicidad. Entiendan esto: nuestro cuerpo humano está hecho para la paz. Entonces, lo primero es no dañar, después, por encima de ello, beneficiar a los demás.
Bueno, ahora voy a mencionar algunas cosas, un poco de sabiduría, no la sabiduría ulterior, pero algo de la sabiduría del Dharma. Es realmente importante en verdad convertirse en una mejor persona, en alguien bondadoso. Al venir aquí, ustedes se están volviendo mejores personas, gente bondadosa; bondadosa para todos, no sólo la familia o la gente de fuera, sino hacia cualquiera, incluso hacia los animales. Es importante ser bondadoso día y noche, todo el tiempo, y así obtendrán muchísima felicidad, pues cuando vives así tu mente se llena de alegría. Cuando estás en casa, todos te quieren, no existe una brecha entre tú y la otra persona. Incluso con tus enemigos, es decir, alguien que te critica o que te dañó en el pasado; cuando eres bondadoso sientes en tu corazón incluso a esa persona como si fuera tu hermano, tu hermana, tu padre o tu madre. Todos son muy bondadosos y muy preciados para ti. Es maravilloso. Todo el tiempo, en casa eres bondadoso, y afuera, cuando estás en el restaurante, en la calle, en un lugar solitario como una montaña, estés solo o acompañado, tu mente estará feliz. Tú te acercarás a la gente, la gente se acercará a ti, sonreirás, no estarás deprimido o con un semblante triste; no hay ninguna expresión de descontento o molestia. Si todo el tiempo practicas la bondad hacia los demás, hacia los insectos, cualquier ser, y si ayudas, aunque sea en lo mínimo a alguien, por ejemplo, algún anciano al que le ayudas con un bulto muy pesado, o si tiene bastón y lo ayudas en lo que puedas, o por ejemplo, si un insecto cayó al agua y tú lo sacas y lo liberas, les brindas felicidad… éstos son ejemplos muy simples, pero de ahí te vas expandiendo.
De esta forma es como se debe vivir, de tal manera que tu mente constantemente estará feliz y hará a los demás felices todo el tiempo; los demás serán felices junto contigo. Y verás que antes buscabas y buscabas amistades, pero no podías encontrar muchas. Gastaste mucho dinero en tratar de conseguir amistades. Pero ahora que te has vuelto alguien muy bondadoso, todos se convierten en tus amigos.
Tenemos que entender que el pasado ya terminó. Si hicimos algo bueno, nos alegramos por ello; si hicimos algo malo, podemos purificarlo. Generalmente, si hay sufrimiento te puedes liberar de él, pues ésta es la naturaleza de la mente: nuestra mente tiene la capacidad de liberarse del sufrimiento cuando desarrolla sabiduría y compasión hacia los demás. Si logras que tu corazón atraviese el sendero de la sabiduría y la compasión, puedes liberarte de todo sufrimiento, porque tu mente no es una con errores, tu mente no es una misma con la ignorancia; tu mente no es una misma con el deseo; tu mente no es una misma con el enojo, esto es la mente oscurecida.
La ignorancia, el enojo, el aferramiento, los celos, todos éstos son oscurecimientos temporales. Si sigues el camino de la sabiduría y la compasión a través de la meditación, a través de la sabiduría del Dharma, puedes eliminarlos todos. Sobre todo si practicas la sabiduría ulterior: entender quién es este yo, ¿qué es el yo? Durante las 24 horas del día constantemente nos decimos: “Yo quiero esto”, “yo no quiero esto”, “yo hice esto”, “A mí me gustaría hacer esto”. Pero si alguien te pregunta “¿Qué es el yo?”, “¿Qué es el ego?” no podrías contestar.
Ése es un tema de suma importancia: descubrir qué es el yo, el ego. Y resulta muy importante pensar en todo momento, desde el nacimiento, desde el útero materno, desde que la conciencia se plantó en el óvulo fertilizado, e incluso desde antes de eso, ese “yo”. Miles de millones de cosas. ¿Quién es este “yo”? ¿Qué es exactamente? ¿Cuál es su naturaleza? Sin esa sabiduría, sin entender eso, no hay forma en que nos podamos liberar del sufrimiento o liberarnos de una muerte y renacimiento seguros, ni de todos los problemas que implican. Si no nos liberamos, no podemos superar a la muerte.
No puedes superar el sufrimiento y quedar libre de todo el ciclo de nacimiento, enfermedad, envejecimiento y muerte cuando buscas lo que quieres, cuando quieres encontrar lo que deseas. Incluso aunque si después de muchos años encuentras lo que quieres, lo logras, no encuentras ninguna satisfacción. Como dicen los Rolling Stones y aquel cantante inglés muy famoso: “lo intento, pero no puedo tener satisfacción”. Él puso en una canción su propia experiencia, descubrió muchísimo. Y es que, saben, aunque encuentres el objeto de tu aferramiento, no puedes encontrar la satisfacción. Tal es el problema del deseo y el aferramiento.
Pero, claro, en cuanto dejes de seguir tu aferramiento, en el momento en que te separes de tu deseo, (no tiene que ser un divorcio, pero al menos una separación) encuentras paz interior y satisfacción. Dondequiera que estés, en tu cama, en el baño, en las montañas, ahí donde estés encuentras paz interior y verdadera felicidad en tu corazón. Tu corazón se llena de felicidad. De otro modo, si sigues buscando lo que quieres, aunque lo encuentres, tu corazón está siempre vacío, tu vida interior está siempre vacía, pues siempre hay algo ahí que falta. No importa cuánto placer exterior encuentres o cuánta riqueza, en tu vida no hay paz.
Me gustaría platicar de Elvis Presley. Nunca lo conocí personalmente, pero vi un programa de él en televisión. Jóvenes y viejos lo conocen, prácticamente todos en este mundo; quizás en los lugares más primitivos de Tibet no lo conozcan, pero mucha gente sabe quién es Elvis, especialmente en Occidente o en países desarrollados del Este. Logró mucha fama y demás, todo mundo lo sabe. En fin, creo que el programa que vi fue el último. Estaba cantando pero tenía lágrimas en los ojos. Creo que este programa se grabó poco tiempo antes de que muriera. Me parece que él logró obtener fama, riqueza, en fin, todas las cosas externas, pero, saben, nunca aprendió el tipo de meditación que libera tu mente de esta confusión, de su deseo tan doloroso, de su enojo, de su brutalidad parecida a la de un tigre –ellos son animales feroces cuando se enojan–. Pero todos podemos liberarnos de todo esto; de la ignorancia, del deseo, del enojo, del aferramiento, de los celos, del orgullo, de esta mente enferma y de todo lo que nos trae tantos problemas. La mente se puede liberar por completo de todo esto y encontrar alegría y plenitud increíbles. Pero Elvis no desarrolló la sabiduría del Dharma, ni la compasión ni la mente altruista que aprecia a todos los seres. Eso ocasiona que tu corazón se sienta vacío. Había tanta gente ahí que lloraba porque él lloraba. Creo que al final de su vida en realidad él se sentía muy vacío, no había logrado nada internamente.
Por lo tanto, un punto esencial es que su tiempo aquí es muy preciado, porque una vez que estén afuera su vida tendrá tantas distracciones y podrían perder la oportunidad de ver en realidad lo que hay dentro de ustedes y de descubrir la verdad de sus vidas. Aquí pueden aprender a meditar, esto es muy importante.
Entonces, primeramente, tenemos ignorancia, no entendemos la naturaleza del “yo”, no entendemos la verdadera naturaleza de nuestra mente. Y al no entender nuestra verdadera naturaleza creemos que el “yo” existe, pero ¿dónde está? Si miras dentro de tu mente, no lo puedes encontrar; si buscas dentro de tus brazos, tampoco; si buscas dentro de tu pecho, tampoco lo puedes encontrar. Estamos 100% seguros, pero si miras con detenimiento, ¿dónde se encuentra exactamente? Creemos, pero cuando lo buscamos no podemos encontrarlo en ninguna parte. Pero eso no quiere decir que no haya un “yo”, yo existo.
Hay dos tipos de meditación: la meditación analítica y la meditación en la atención. La meditación analítica es como un científico interno. A través de ella analizas ese yo en el que has creído todo este tiempo y la naturaleza de la mente. Así que el yo existe, es una imputación de la mente, porque asociamos el cuerpo con la mente, por lo que pensamos que existe, y como nuestro cuerpo existe, el yo existe, pero imputado por la mente, por nuestra mente; eso es lo que existe. Sin embargo, el verdadero yo dentro de este cuerpo, al analizarlo a través de la meditación analítica, no se puede encontrar; ésa es la prueba.
Bueno, se nos terminó el tiempo, pero quisiera decirles una última cosa: a partir de ahí pueden entender cómo todos nuestros problemas vienen de la mente. Cualquier problema –familiar, mundial– viene de nuestra mente. Entonces, por ignorancia nos referimos a no entender el “yo” y su verdadera naturaleza, por lo que no entendemos lo que es de beneficio para nosotros y para los demás. Debido a esta ignorancia, no entendemos el karma y otros conceptos equivocados surgen, como el aferramiento y el enojo. Luego, al querer satisfacer nuestros deseos, nuestra mente empieza a sufrir y comenzamos a realizar acciones no virtuosas; por ejemplo, tomar algo que no es nuestro –robar– tiene cuatro partes: la base, el pensamiento, la acción en sí y la compleción (cada vez que se completa la acción y piensas “ya lo hice”); a partir de esta acción surgen los cuatro tipos de sufrimiento: el resultado que madura: el renacimiento en reinos inferiores –como animales o espíritus hambrientos–, y luego tienes la experiencia de los otros tres sufrimientos: si experimentas otro karma positivo, si logras alcanzar un renacimiento humano, experimentas otros problemas, uno tiene que ver con el lugar, es decir, quizás nazcas en un lugar donde no hay mucho alimento, o no hay agua, no llueve, la siembra no crece, hay mucha pobreza; terminas en lugares de este tipo. Hemos oído mucho sobre este tipo de lugares, como en África, donde la gente no tiene qué comer o hay inundaciones.
Posteriormente, en el siguiente tipo de sufrimiento experimentas el resultado de lo que hiciste a los demás en el pasado. Quizás pierdas las cosas con facilidad, o quizás en otras vidas fuiste un ser humano, pero debido a tus acciones negativas del pasado tienes cierta impresión mental y sigues robando, así que empiezan a robarte. Es decir, si no purificas lo que hiciste en el pasado y dejas de cometer este tipo de acciones, se convierten en un sufrimiento sin fin. Por lo tanto, lo que debemos hacer es que, si cometemos estos errores, debemos purificarlos y dejar de involucrarnos en acciones negativas. Podemos hacer votos, y así experimentamos las cuatro felicidades al vivir de acuerdo con estos votos: renacimiento en reinos superiores, ya no te robarán, tendrás riquezas y, por haber cumplido tus votos, como no dañar a los demás, en esta vida serás muy feliz. Así que, les repito, éste es un gran lugar para poder aprender, un muy buen lugar para brindar felicidad a todos los seres.
Agradecemos infinitamente a Mónica López por su apoyo en la traducción de esta plática del inglés al español.